Desde unas tarjetas perforadas hasta el no-code: la historia de la informática.

¿Alguna vez te preguntaste dónde empezó la programación? ¿Y el low-code y no-code? En esta nota encontrarás la historia de la evolución informática y el rol del no-code en la misma.

agencia no-code / Fluo latam

La evolución de la informática

A pesar de que a veces pase desapercibido, en la actualidad estamos inmersos en un ecosistema tecnológico. Desde nuestra forma de trabajo, entretenimiento y hasta cómo aprendemos involucran al menos el uso de un teléfono celular o computadora. Y en esa simple condición se vincula algo transversal: todo está construido con código.

Aunque pensemos que la historia de la programación es reciente, la verdad es que sus premisas se remontan al siglo XIX, mucho antes de la invención de las primeras computadoras. 

La primera forma de programación del mundo se remonta al año 1842, cuando Ada Lovelace consiguió establecer un método para calcular los números de unas tarjetas perforadas. Con ello creó la palabra algoritmo, para designar el proceso lógico de ejecución de un programa.

100 años después, aparecieron las computadoras eléctricas. Estas eran lentas, pesadas y para hacer uso de ellas los científicos tenían que escribir los programas y el lenguaje-máquina a mano.

En la década de 1950 se creó el primer ordenador de todos los tiempos: el ENIAC (Electronic Numerical Integrator And Computer). También el primer lenguaje de programación de alto nivel y funcional, Fortran (Formula Translator), que era utilizado para el cálculo científico.

A partir de 1960, a consecuencia de la Guerra Fría, fue cuando se dio un auge en el desarrollo tecnológico. Resultando así en la creación del primer lenguaje de programación orientado a objetos (el Simula 67) y de otros lenguajes como Pascal o C.

Hasta ese entonces, las computadoras aún no contaban con Interfaces Gráficas de Usuario (GUI) y su uso era mediante comandos. Una vez establecidas en 1980, ya no era necesario saber programar para poder usar una computadora, pero para crear software sí. 

Con los años 90 y la revolución del Internet, se da lugar a un nuevo tipo de lenguaje: los  interpretados, siendo los principales Python, Ruby o C#. En este momento también empezaron a surgir los primeros programas que podían ser utilizados sin saber de código, como Word y Photoshop.

A partir de los 2000 la informática se centró en perfeccionar los lenguajes ya existentes y no en crear otros. Pero con el nuevo milenio, aparecieron las primeras herramientas de desarrollo sin código

En el 2003 se lanzó la primera de ellas: Wordpress, que continúa vigente hasta el día de hoy. A ella le siguen Formstack y Shopify, ambas lanzadas en 2006. 

Podés leer más sobre Wordpress y Webflow, las principales herramientas de desarrollo web no-code, en esta nota

A partir del 2010 y principalmente con la aparición de la pandemia en 2020, las herramientas no-code fueron incrementando su lugar dentro de esta historia, demostrándonos que la informática se ha vuelto cada vez más simple y accesible para más personas

Empezando por unas tarjetas perforadas, luego a tener que aplicar comandos por falta de una GUI para llegar a la actualidad, en que programar ya no es necesario para hacer uso y crear tecnología.

¿Cómo es esto posible? Gracias a plataformas que permiten desarrollar productos digitales a través de interfaces gráficas, que convierten al código en elementos visuales. Esto empezó por el low-code, continuando por el no-code. A continuación, veamos cómo continúa esta historia.

Del low-code al no-code

Se puede encontrar la raíz de las plataformas de desarrollo low-code en el Lenguaje de Programación de Cuarta Generación (4GL), un concepto que se desarrolló desde los años 70 hasta los 90.

Esos lenguajes de cuarta generación consisten en declaraciones similares a las  hechas en un lenguaje humano y son usados comúnmente en la programación de bases de datos siendo PHP, Python, Ruby o SQL algunos de ellos.

En 1982 James Martin, en su libro "Desarrollo de aplicaciones sin programadores", preocupado por la poca cantidad de desarrolladores que observaba en el mercado y con la idea de un futuro en que no sea estrictamente necesario depender de ellos, argumentó que las tecnologías 4GL podían abrir el entorno de desarrollo a una población más amplia y permitir que los no programadores creen aplicaciones por sí mismos.

Pasaron los años y esa idea descabellada se iba materializando poco a poco. Pero no fue hasta 2014 que no recibió un nombre. En ese año Forrester lanzó un informe donde se utiliza el término low-code por primera vez

Recientemente la filosofía del low-code, que es democratizar el acceso a la creación de proyectos digitales con bajo código, fue mutando y orientándose hacia una forma de trabajo más allá: el no-code. 

 Aunque son términos que pueden confundirse, su diferencia se encuentra en que el manejo de las plataformas low-code sí requiere cierto nivel de conocimiento sobre programación. 

En cambio, para hacer uso de las plataformas no-code no es necesario conocer de codificación. Lo que convierte a esta metodología en algo revolucionario, en algo histórico y alejado de ser solo una tendencia.

El no-code en la actualidad

El auge del no-code es parte de la historia reciente. El inicio de su popularidad se registra a partir del año 2018, mismo año que el mercado low-code alcanzó una valoración de 6 mil millones. Su pico máximo (por el momento) fue en el año 2020, con la aparición de la pandemia causada por el COVID-19.

En esta nota podés leer cuáles fueron las causas del boom no-code a partir de la pandemia.

Sin embargo, gran parte de las plataformas dominantes del mercado se lanzaron mucho antes de este hecho. Algunos ejemplos son Bubble, lanzada en el año 2012, Webflow y Airtable en 2013 o Notion en 2016.

Pero fue por el vuelco masivo a lo digital en 2020 (que generó nuevas necesidades y por ende nuevas demandas) que estas plataformas ganaron su lugar dentro del ecosistema del desarrollo tecnológico. Esto fue porque muchas organizaciones se vieron obligadas a adaptarse rápidamente a un mundo sin contacto físico.  

En esta premisa descansa el porqué de la importancia y continuo crecimiento del no-code: su uso no tiene límites de entrada, cualquier persona puede usarlas. Lo que convierte a la transformación y adaptación digital en algo accesible en términos monetarios y de tiempo.

Esta razón convierte al no-code en un segmento muy atractivo, tanto de recursos como de talento. Mencionando solo a la cuestión económica, para el año 2024 se espera que el mercado no-code tenga un valor de $52 mil millones de dólares.

El crecimiento también es un imán para el talento humano. El no-code significa una nueva área educativa y una nueva área laboral, que crea oportunidades  a partir de los nuevos perfiles y de la creación de agencias especializadas en el desarrollo de productos digitales sin código. 

Otro factor importante en su crecimiento es la comunidad que se genera a su alrededor. Desde perfiles expertos a aprendices, son cada vez más las cuentas o comunidades online dedicadas a compartir y aprender sobre la temática. 

En esta nota podés encontrar las comunidades no-code que te recomendamos visitar.

Un nuevo paradigma

A través del recorrido que hicimos mediante la evolución de la informática, podemos observar que los cambios progresivos fueron lentos en el comienzo, pero que gradualmente fueron acrecentando su velocidad. 

Hoy nos encontramos tan lejos de los primeros avances informáticos como lo estamos de los cambios que se darán en el futuro. Sin embargo, tenemos la seguridad de que un segmento de estos avances pueden ser realizados por personas que serán parte de la transformación gracias a la democratización que otorga el no-code. La historia se continúa escribiendo.

Desarrollá tus ideas de la mano del no-code, contactate con nosotros.

Descargá el posteo

Contactanos

Thank you! Your submission has been received!
Oops! Something went wrong while submitting the form.